En un contexto global marcado por la incertidumbre económica y los cambios tecnológicos acelerados, los datos de empleo de América Latina y el Caribe de 2025 ofrecen pistas valiosas sobre la salud del mercado laboral y las perspectivas de confianza regional. Aunque la creación de empleo se desacelera, algunos indicadores y tendencias apuntan a oportunidades de consolidación y avance.
Los datos más recientes revelan hábitos de contratación, desafíos estructurales y recomendaciones de política pública que pueden moldear la trayectoria económica de la región en los próximos años. A continuación, exploramos el panorama general, las tendencias empresariales, los riesgos emergentes y las vías para fortalecer un mercado de trabajo más sólido.
Panorama general del mercado laboral
El Banco Mundial proyecta una creación de empleo prevista: 1,6% interanual en 2025, una ligera desaceleración respecto al 2% estimado para 2024. De igual manera, el crecimiento de ingresos laborales pasará de un 4% a un modesto 1,5% en el mismo periodo.
Esta ralentización se explica por menor dinamismo en la creación de empleo y la influencia de factores externos, como los impactos de la guerra comercial global y la rápida adopción de tecnologías que amenazan con automatizar puestos vulnerables.
Si bien la región enfrenta el reto de generar empleo suficiente para acelerar la erradicación de la pobreza, persiste la oportunidad de aprovechar sectores con alto potencial, como la agroindustria, el turismo y las industrias de tecnología y comercio especializado.
Tendencias en la contratación empresarial
Las organizaciones ajustan sus planes de contratación ante un entorno más conservador. En 2024, el 15% de las empresas no incorporó nuevos colaboradores, mientras que en 2025 esta proporción podría alcanzar el 20%.
- Solo el 2% de las empresas realizó más de 50 contrataciones en 2024, comparado con el 37% en 2023.
- Casi el 50% de las organizaciones prevé un aumento inferior al 10% en sus plantillas.
- El 53% confía primordialmente en bolsas de empleo para reclutar nuevo talento.
Al mismo tiempo, existe una mayor demanda por profesionales en puestos operativos y comerciales especializados, impulsada tanto por el reemplazo de personal como por el crecimiento específico de ciertos negocios.
Riesgos y desafíos a superar
La región no está exenta de retos que podrían minar la confianza si no se abordan de manera proactiva:
- Automatización y tecnología: el avance de la inteligencia artificial amenaza empleos en industrias expuestas al comercio exterior.
- Alta rotación voluntaria de empleados: las empresas deben mejorar la retención y la calidad del entorno laboral para estabilizar sus equipos.
- La incertidumbre económica mundial puede impactar negativamente sectores clave como la manufactura y las exportaciones.
Políticas recomendadas y respuestas institucionales
El Banco Mundial sugiere un enfoque dual, orientado a estimular tanto la oferta como la demanda de trabajo. Para ello, las recomendaciones incluyen:
- Impulsar iniciativas que reduzcan los cuellos de botella en agroindustria y turismo, fortaleciendo el entorno empresarial y la inversión.
- Mejorar la calidad educativa y promover educación de calidad y aprendizaje permanente para preparar a la fuerza laboral ante la transformación tecnológica.
- Fomentar la Inversión Extranjera Directa (IED) como motor de empleos de mayor productividad y remuneración.
Estas acciones combinadas pueden generar un círculo virtuoso donde la creación de empleos de calidad, la capacitación constante y el apoyo institucional refuercen la confianza de empleadores y trabajadores por igual.
Escenarios de confianza y oportunidades
A pesar de la desaceleración, la región tiene capacidad para recuperar dinamismo. La adopción de nuevas competencias digitales y la diversificación hacia sectores de alto valor añadido pueden resultar determinantes para mejorar las perspectivas.
La colaboración público-privada en áreas como la formación técnica, la investigación aplicada y la modernización de infraestructuras productivas abre el camino a un mercado laboral más robusto y resiliente.
Indicadores sectoriales clave
Este conjunto de indicadores ilustra un escenario mixto: por un lado, desafíos estructurales; por otro, áreas donde la innovación y la política pública pueden marcar la diferencia.
Conclusión
En definitiva, los datos de empleo de la región no solo reflejan un entorno de crecimiento moderado, sino también una ventana de oportunidad para articular estrategias integrales que fortalezcan la confianza de los distintos actores.
La aplicación de políticas públicas efectivas, el fomento de inversiones, la mejora continua en la formación y la adaptación de las empresas a los nuevos requerimientos tecnológicos son pasos fundamentales. Así, América Latina y el Caribe podrán avanzar hacia un mercado laboral más sólido, inclusivo y resiliente, afianzando la confianza de todos los ciudadanos.