En junio de 2025, Argentina celebra un momento de esperanza: la inflación muestra su nivel más bajo en cinco años y, al mismo tiempo, el dólar pierde fuerza frente al peso.
Evolución de la inflación en Argentina
En mayo de 2025, el índice de precios registró una tasa mensual de 1,5%, un hito inesperado tras años de alta inercia inflacionaria.
Las proyecciones para junio oscilan entre 1,7% y 2,1%, según consultoras como Equilibra, Analytica y OJF. Estos datos configuran un escenario en el que la inflación interanual se ubica en 43,5% y acumula 13,3% en lo que va del año.
La inflación núcleo, que excluye precios regulados y estacionales, se estabilizó alrededor de 2,3% mensual, evidenciando un cambio en la dinámica de los precios internos.
Factores de la inflación controlada
Diversos elementos convergieron para domesticar la trayectoria ascendente de precios:
- Expectativas cambiarias previas y ajustes iniciales.
- Política monetaria restrictiva y re-monetización.
- Actualizaciones moderadas en precios regulados.
El superávit fiscal proyectado en 1,6% del PIB y la caída de precios en alimentos y verduras por la ola importadora atenuaron la presión inflacionaria.
Debilidad del dólar y expectativas cambiarias
Con un tipo de cambio rondando los $1.300 y sin saltos abruptos, el dólar perdió protagonismo en la cobertura de ahorros.
La convergencia del mercado hacia un precio más previsible, sumada a un régimen de tasas reales positivas, desincentiva la demanda de dólares para cobertura y fortalece al peso.
Se espera que el dólar alcance convergencia del tipo de cambio a $1.400 hacia fin de año, cifra que ratifica la confianza del mercado.
Impacto en la economía real
La desaceleración inflacionaria trae beneficios tangibles para la sociedad:
- Mejora en el poder adquisitivo de los hogares, al moderarse los aumentos de tarifas.
- Estabilidad en precios de alimentos básicos, como carnes y frutas.
- Reducción de la brecha cambiaria, facilitando importaciones clave.
Para el público, este momento es una oportunidad para replantear estrategias de ahorro:
• Considerar instrumentos en pesos con tasas reales positivas, como plazos fijos ajustados por CER.
• Diversificar carteras incluyendo bonos del tesoro y fondos de inversión local.
• Mantener un colchón de liquidez en moneda local, aprovechando tasas superiores a la inflación.
Proyecciones y desafíos futuros
El crecimiento del PIB estimado en 5,5% para 2025 fortalece las expectativas de consolidación macroeconómica.
Sin embargo, persisten desafíos:
• La inflación núcleo continúa cerca del 2,5% mensual.
• Presión sobre precios regulados por ajustes tarifarios.
• Vulnerabilidad ante factores externos, como tensiones comerciales globales.
La clave para afianzar la estabilidad radica en la confianza: tanto inversores como consumidores deben mantener expectativas alineadas con la política oficial y las metas fiscales.
En este sentido, la transparencia de datos y la coherencia en la implementación de medidas resultan fundamentales para generar certidumbre y sostener la trayectoria de desinflación.
Conclusión: una luz de esperanza
La combinación de inflación controlada y un dólar debilitado marca un punto de inflexión para la economía argentina. Este escenario, construido con disciplina fiscal y monetaria, abre puertas a un clima de negocios más previsible y a la mejora del bienestar ciudadano.
Para aprovechar este momento, es esencial mantener hábitos financieros sólidos: planificar gastos, diversificar ahorros y seguir de cerca los indicadores macroeconómicos.
Con paciencia y visión de largo plazo, los argentinos pueden transformar este respiro económico en una base sólida para el crecimiento y la prosperidad.