La inflación global ha alcanzado niveles que obligan a inversionistas y analistas a revisar sus supuestos tradicionales. En 2025, el consenso pronostica una tasa promedio de inflación mundial de 4.0%, rompiendo la tendencia previa de moderada desaceleración y planteando nuevos retos para la preservación del capital.
En este escenario, el valor real de los instrumentos financieros puede verse comprometido si no se adaptan las tácticas de diversificación, protección y crecimiento.
Introducción al nuevo entorno inflacionario global
Vivimos en un nuevo entorno inflacionario global que, tras picos cercanos al 9% en 2022 y una moderación a menos del 5% a finales de 2024, mantiene cifras superiores a la década anterior. Este estancamiento en torno al 4% proyectado para 2025 y la leve baja esperada a 3.9% en 2026 contrastan con la volatilidad de periodos recientes.
Ante esta realidad, los inversionistas requieren una visión integral que combine datos macroeconómicos, políticas monetarias y un entendimiento profundo de las distintas clases de activos.
Principales causas de la persistencia inflacionaria en 2025
Varios factores explican la persistentes problemas en cadenas de suministro y el elevado dinamismo de precios:
- Interrupciones logísticas globales tras la pandemia de 2020 y eventos geopolíticos.
- Políticas fiscales menos restrictivas, con estímulos que mantienen elevada la demanda.
- Crecimiento de salarios y tasas de empleo históricamente bajas en algunas economías.
- Incremento del proteccionismo comercial y aranceles que elevan costes de importación.
Radiografía: datos y tendencias de inflación en regiones clave
En Estados Unidos, la inflación subyacente (core PCE) se proyecta en 2.4% para finales de 2025, por encima del objetivo tradicional del 2%. Europa y Asia muestran dinámicas heterogéneas, con países exportadores de energía experimentando presiones al alza en precios de gas y LNG.
Los mercados de materias primas apuntan a un descenso en petróleo, carbón y uranio, pero una posible subida en gas natural estadounidense y europeo, lo que añade complejidad a las estrategias de cobertura.
Efectos en activos y mercados financieros
La inflación no solo erosiona el capital, sino que redefine el atractivo de cada clase de activo. Si la subida de precios supera el rendimiento de un instrumento, su resultado real es negativo.
- Bonos: su rendimiento fijo sufre cuando las tasas se incrementan.
- Acciones: ganan ventaja las empresas con poder para trasladar costes.
- Bienes raíces y activos reales: considerados refugios tradicionales.
- Oro y materias primas: buscanprotección frente a la erosión del poder adquisitivo.
Cómo cambian las estrategias de inversión
Para hacer frente a la inflación, es esencial productos ajustados a inflación y activos reales que ofrezcan rendimientos ligados al índice de precios. Los inversionistas pasan de posiciones pasivas a una gestión más activa, revisando periódicamente sus carteras.
La diversificación adquiere un rol central: distribuir el capital entre renta fija indexada, acciones de sectores defensivos, bienes raíces y metales preciosos ayuda a compensar la volatilidad y preservar capital.
Crecimiento en herramientas digitales de inversión y democratización del acceso
El auge de las plataformas digitales ha transformado el panorama de la inversión. Entre 2020 y 2023, se registró un crecimiento de 1000% en cuentas de inversión en diversas regiones, acercando instrumentos antes reservados a grandes capitales.
“La situación económica actual requiere de soluciones de fácil acceso para que la mayoría de las personas puedan hacerle frente. invertir es una opción clara y segura, incluso, en periodos retadores en términos de inflación.” — Andrés Maza, CIO de GBM
Consejos y advertencias: cómo navegar un entorno de inflación elevada
En un contexto de precios al alza, validar el rendimiento real vs. nominal se vuelve indispensable. No basta con un crecimiento aparente si la inflación lo neutraliza.
- Definir horizonte de inversión y perfil de riesgo con claridad.
- Revisar y ajustar la cartera cada trimestre.
- Priorizar activos con protección contra la inflación.
- Monitorear decisiones de bancos centrales y riesgos geopolíticos.
Perspectivas a medio y largo plazo
Las estimaciones apuntan a una ligera reducción de la inflación global: 3.9% en 2026 y 3.8% en 2028. Sin embargo, la gradualidad de esta baja y posibles repuntes requieren mantenerse alerta ante cambios de política monetaria.
En todos los escenarios, la clave está en adoptar un enfoque dinámico y bien informado. Solo así se podrá transformar el desafío inflacionario en una oportunidad para hacer crecer y proteger el patrimonio.